En su viaje a Nueva York, Manolo compró una televisión para
llevar a su familia.
"¿Es qué no hay televisores en su país?", preguntó alguien.
"Claro que los hay, pero los programas de aquí me gustan mucho más".
"¿Es qué no hay televisores en su país?", preguntó alguien.
"Claro que los hay, pero los programas de aquí me gustan mucho más".
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